Aprender a leer etiquetas a la hora de realizar la compra en el supermercado es importante para ser consumidores responsables. Nos permite tomar decisiones que se adapten a las necesidades y preferencias individuales, comparar productos, comprobar sus ingredientes y composición nutricional.

No funciona solamente para saber las calorías presentes en el producto, es importante identificar la calidad nutricional del producto, detectar posibles alergenos o ingredientes que podrían producir alguna intolerancia en determinadas personas. Por lo tanto, forma parte de nuestra seguridad alimentaria.

La información nutricional en los productos se expresan por 100 gramos o 100 mililitros de producto. Además puede venir presentada la porción de “x” gramos. El tamaño de porción no necesariamente es la cantidad completa del empaque, por ejemplo, un paquete de galletas puede ser que no esté calculada la porción por 1 galleta, sino por 2-3 piezas.

¿Cómo se conforma el etiquetado?

Ingredientes: estarán en forma de lista, de mayor a menor según el contenido presente en el producto.

Tamaño de la porción: varía la cantidad dependiendo del producto.

Macro y micronutrientes: Hidratos de carbono, azúcares añadidos (si lo contiene), grasas (se indica qué tipo de grasa), proteínas, fibra, sodio, vitaminas/minerales (si lo contiene)

Crear el hábito de leer las etiquetas nos puede ayudar a:

- Elegir alimentos con una mejor calidad nutricional y tomar decisiones más acertadas.

- Crear consciencia y limitar aquellos productos con mayor contenido de azúcar, grasas de mala calidad, socio.

- Convertirnos en consumidores informados, con la capacidad de cuidar de nuestra salud y de nuestros familiares.