La dieta cetogénica consiste en un bajo consumo de carbohidratos, alto de grasas y suficiente de proteínas. Aproximadamente son 20-50 gramos al día de carbohidratos (5-10%), 30-35% de proteínas y 55-60% de grasas. Desde el año 1920, esta dieta fue creada para el tratamiento de niños y adultos que padecían epilepsia y se ha usado igual para la enfermedad de parkinson y alzheimer.

¿Qué es lo que sucede en el metabolismo?

Al reducir la ingesta de carbohidratos, el cuerpo para seguir funcionando utiliza sus reservas de glucógeno y posteriormente comienza a utilizar la grasa como energía. Al metabolizar la grasa, el cuerpo sintetiza cuerpos cetónicos como fuente alternativa de glucosa. Lo cual se traduce en una reducción de grasa corporal debido a la utilización de la misma como energía. Al inicio se observa una pérdida de peso corporal rápida debido a pérdida de agua almacenada en el glucógeno (por cada gramo de glucógeno hay 2 gramos de agua), además, los cuerpos cetónicos pueden suprimir el apetito, lo cual va a provocar una menor ingesta calórica.

Los resultados que se han visto en diferentes estudios es que a corto plazo (≤6 meses) sí hay una reducción de peso, presentan síntomas gastrointestinales como estreñimiento, vómitos, dolor estomacal, además también mareos, fatiga, debilidad, insomnio, dolor de cabeza, hipoglucemias, deficiencias de vitaminas y minerales, incremento de colesterol LDL (“colesterol malo”) y ácido úrico. Por otro lado, a largo plazo (>6 meses) se observó también deficiencia de vitaminas y minerales, incremento en los niveles de triglicéridos y colesterol HDL (“colesterol bueno”) disminuido, incrementó el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Debido a todo esto, esta dieta está contraindicada en los pacientes que presentan hipertrigliceridemia, pancreatitis aguda, hipercolesterolemia, diabetes con tratamiento de insulina (riesgo de hipoglucemia). 

Por lo tanto, como podemos observar, no es una dieta para cualquier persona, sí se consigue una pérdida rápida de peso pero a corto plazo, sin incorporar hábitos saludables, ni una dieta completa, variada, equilibrada para mantener a largo plazo. No se trata de restringir, ni de quitarte alimentos o grupos de alimentos; se trata de alimentarte bien, adaptar tu alimentación a tus necesidades y sobretodo convertirlo en un estilo de vida, no en una dieta pasajera.

Referencia: Diana R, Atmaka D. Ketogenic diet for weight loss and its implication on health: a literature study. Media Gizi Indonesia (National Nutrition Journal). 2020.15(3): 184–193